Por su posición privilegiada frente al Mediterráneo y su pasado pesquero, no es de extrañar que la Barceloneta se haya convertido en el lugar de referencia para que los visitantes que llegan a la ciudad por primera vez degusten las delicias de la cocina local.

El origen de los churros es un misterio, aunque la sencillez de sus ingredientes hace pensar que ya en la antigüedad existían estos dulces. Levadura, harina, agua, sal y aceite combinados crean el churro.

En una ciudad donde hay tantos lugares distintos para visitar como Barcelona, la red de metro es una vía indispensable para moverse por la ciudad con total comodidad.

El 23 de septiembre marca cada año el comienzo del otoño en la Ciudad Condal. Aunque se acabe el tiempo de tumbarse en la playa o pegarse un chapuzón en la piscina, el clima de Barcelona en septiembre y los meses de otoño que lo suceden permiten al viajero poder explorarla sin temor a que el frío se apodere de nadie.

Ver una ciudad desde otras perspectivas a las que no estás acostumbrado es un verdadero privilegio, y el caso de Barcelona no es ninguna excepción. El auge de los rooftop bars, bares situados en las azoteas de los edificios, es un hecho.

Poco a poco, la cultura del tapeo va abriéndose paso en la Ciudad Condal. Y aunque este hábito aún no está tan arraigado como en otros lugares de la península, la capital catalana es una excelente opción para disfrutar de esta deliciosa costumbre afterwork.

Barcelona no sólo se disfruta con los ojos, sino también en la mesa. Y no lo decimos únicamente nosotros, ya que la cocina catalana es objeto de todo tipo de reconocimientos

Si eres fan de las salidas afterwork, disfrutar de unas vacaciones en Barcelona significa apostar al caballo ganador. Como en cualquier otra gran ciudad del sur de Europa, las opciones de ocio no se limitan al fin de semana: de lunes a viernes, cualquier turista puede llenar su agenda de interesantes propuestas culturales o gastronómicas.

No es un secreto para nadie que la gastronomía catalana es una de las más irresistibles de Europa. Ahora bien: en la Ciudad Condal no sólo se come bien, sino que también es posible hacerlo en un entorno único y realmente sorprendente.

Hay que admitirlo: si bien la temperatura media en la capital catalana durante los meses más fríos es bastante llevadera (se sitúa en torno a los 12 °C), no a todo el mundo le apetece pasar largas horas al aire libre en esta época del año.

Sin ánimos de hacer sombra a la Sagrada Familia, el barrio Gótico o la montaña de Montjuïc, Poblenou es uno de esos lugares de Barcelona que merecen ser descubiertos sin prisas.

¿Quién dijo que Barcelona era una ciudad cara? Aunque a muchos les pueda sorprender, no hace falta castigar el bolsillo para disfrutar de lo mucho que ofrece la capital catalana.